El cielo se cae de cuajo
mis ojos se cuartean como un papiro
y sorbo la fría nata, que enrosco en mi dedo,
de este café incompleto
para olvidar,
para olvidar que cada partida
no es más que la huida
a un lugar que no existe ni en la muerte
y el dulce comienzo de un nuevo fin
mis ojos se cuartean como un papiro
y sorbo la fría nata, que enrosco en mi dedo,
de este café incompleto
para olvidar,
para olvidar que cada partida
no es más que la huida
a un lugar que no existe ni en la muerte
y el dulce comienzo de un nuevo fin
2 comentarios:
Bueno, srta.: Qué preciosidad de poema.
Esa foto me suena, por cierto... ¿CR?
Gracias.
Sí, es Ciudad Real, la tomé en nuestro recorrido fotográfico!
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