sábado, 20 de agosto de 2011

Y mañana...



Clepsidra atragantada de minutos

empachada de tiempo, empañada de pasión,

mientras el húmedo pincel de los senos repinta las venas

para reconducirles el cauce a su propio corazón.


Los segundos…

atascados en la boca del reloj

y a la espera del suspiro

que entone el último allegro,

la nota final sostenida por los amantes.


Las pieles rechinan

como madera acabada de encerar,

plataforma de un baile

que en el piso de abajo suena y hace eco

en las palabras medio rasgadas del estribillo del amor.


Besos a babor y estribor

tormenta de un crepúsculo infinito

que retumba el cráneo y taladra la pared

donde van a parar las preguntas de dos almas temblorosas

escondidas en un hoy sin mañana y sin promesas,

un hoy sin sueño

alargado por blancas noches sempiternas.


Los enamorados

cuelgan signos de interrogación despistados,

y a escondidas escurren su llanto

cuando no encuentran respuesta

en ese mediodía errante,

en ese mediodía frágil y sin tiempo

de quienes vuelven a empezar.


3 comentarios:

David de la Sierra-Llamazares Cejuela dijo...

Ok, precioso poema.

Supongo que lo habrás hecho con alguna intención. Pero, por si acaso -que a cualquiera nos pasa- esos "mediodías" deben ir seguidos.

¡Qué tanguera te veo! No por el "tanga", sino por el "tango". 1besote.

Unknown dijo...

Ups, tienes razón! Pues no hubo intención, simplemente es un error, ya mismo corrijo.
David! Hoy te llamo a ver si me explicas de una vez por todas eso de los ritmos de los poemas, lo de las tres sílabas, etc, etc.

RAMÓN AGUIRRE dijo...

Precioso poema jeje ;) Un beso grandote!!