Clepsidra atragantada de minutos
empachada de tiempo, empañada de pasión,
mientras el húmedo pincel de los senos repinta las venas
para reconducirles el cauce a su propio corazón.
Los segundos…
atascados en la boca del reloj
y a la espera del suspiro
que entone el último allegro,
la nota final sostenida por los amantes.
Las pieles rechinan
como madera acabada de encerar,
plataforma de un baile
que en el piso de abajo suena y hace eco
en las palabras medio rasgadas del estribillo del amor.
Besos a babor y estribor
tormenta de un crepúsculo infinito
que retumba el cráneo y taladra la pared
donde van a parar las preguntas de dos almas temblorosas
escondidas en un hoy sin mañana y sin promesas,
un hoy sin sueño
alargado por blancas noches sempiternas.
Los enamorados
cuelgan signos de interrogación despistados,
y a escondidas escurren su llanto
cuando no encuentran respuesta
en ese mediodía errante,
en ese mediodía frágil y sin tiempo
de quienes vuelven a empezar.
3 comentarios:
Ok, precioso poema.
Supongo que lo habrás hecho con alguna intención. Pero, por si acaso -que a cualquiera nos pasa- esos "mediodías" deben ir seguidos.
¡Qué tanguera te veo! No por el "tanga", sino por el "tango". 1besote.
Ups, tienes razón! Pues no hubo intención, simplemente es un error, ya mismo corrijo.
David! Hoy te llamo a ver si me explicas de una vez por todas eso de los ritmos de los poemas, lo de las tres sílabas, etc, etc.
Precioso poema jeje ;) Un beso grandote!!
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