cubiertos de cansancio y de piel.
¿En qué sueñas niña de pelo canela
vientre almidonado y ombligo de muñeca de trapo?
Te canté con mi voz de caracola rota
una serenata de amor
y vestido de noche te esperé tiritante,
desde el alféizar te vi llegar con tu pantaloncito estrellado,
tu blusa pomposa y tu poema arrugado como el mar
con letras descuajadas, temblorosas,
con la tinta subida de tono, aún fresca
te acercaste sigilosa acompasada por el viento
sin rozar siquiera el suelo gris.
Plegaste el papel cinco veces hasta armar el avioncito
que colarías por mi ventana.
Te dejé ir sin decir una palabra
sin tocar tu boca de papaya fría recién cortada.
Y ahora aquí, a mi lado
dejándome ser el vigilante de tus sueños.
Despierta, niña mala de pelo canela
tararéame un poema al vuelo con tu letra sibilina.
Pequeña, ¡despierta!
Despierta ya de tu muerte
o cántame de una vez por todas
una canción de cuna
que yo también quiero dormir.
1 comentario:
¡Andá! ¡El poema que leíste en Granada! Gracias por dejarlo aquí compartido.
Publicar un comentario